Cuando buscas una estufa de ahorro de energía, te bombardean con cientos de modelos eléctricos que prometen un bajo consumo. Voy a ser muy claro contigo: la mayoría de esas promesas son marketing. El verdadero ahorro de una estufa no está en su enchufe, sino en el tipo de energía que utiliza. En esta guía te voy a explicar cuáles son las verdaderas estufas ahorradoras y cómo usarlas para no llevarte un susto en la factura.
Estufa y ahorro de energía ¿uso una eléctrica o de combustión?
Este es el primer punto que debes entender. A mi parecer, aquí reside el 99% del potencial de ahorro.
- Estufas eléctricas: convierten la electricidad en calor. Son limpias, seguras y fáciles de usar, pero utilizan la forma de energía más cara. Como ya vimos en el post sobre el ahorro y los calefactores, su consumo es muy elevado.
- Estufas de combustión: queman un combustible (pellets, leña, gas) para generar calor. Su gran ventaja es que el precio del combustible es mucho más bajo que el de la electricidad, por lo que el coste de funcionamiento es drásticamente menor.
Por tanto, si buscas una estufa para calentar una estancia de forma habitual, te diría que te olvides de las eléctricas.
Las verdaderas estufas ahorradoras: pellets y gas
Si el objetivo es un ahorro energético real y sostenido, estas son tus dos mejores opciones:
1. Estufas de pellets: la opción más eficiente y completa
Son la estrella del ahorro. Usan pellets, un combustible ecológico hecho de serrín prensado que es muy barato. Son programables, muy seguras y tienen una eficiencia altísima, aprovechando más del 90% del calor que generan. Si tuviera que recomendar una, la estufa de pellets es la mejor inversión a largo plazo para calentar una estancia principal como el salón.
2. Estufas de gas (butano): potencia y bajo coste
Las clásicas estufas de bombona de butano. Su principal ventaja es el enorme poder calorífico que tienen a un coste muy bajo. Una bombona dura mucho y calienta una habitación grande en muy poco tiempo. La desventaja es que requieren ventilación, son más aparatosas y menos estéticas.
Mi consejo
Una estufa eléctrica, aunque gaste mucho, tiene su lugar. Pero debes verla como una solución para un apoyo muy puntual y de corta duración. Son perfectas para calentar el cuarto de baño durante 10 minutos antes de la ducha o para dar un golpe de calor a un pequeño despacho mientras trabajas. Usarla como sistema de calefacción principal es un error que se paga muy caro en la factura.
Si optas por una eléctrica para estos usos puntuales, busca modelos con termostato para que se apaguen al llegar a la temperatura deseada, ya que esa es la única forma de conseguir un cierto ahorro con una estufa eléctrica.
Preguntas frecuentes sobre estufas y ahorro
¿Las estufas de parafina son una opción ahorradora?
▲Son similares a las de gas en cuanto a poder calorífico y coste de combustible. Calientan mucho a un precio relativamente bajo. Sin embargo, también necesitan ventilación y pueden generar olores, lo que las hace menos populares que las de pellets, que son más limpias y seguras.
¿Dentro de las eléctricas, los radiadores de aceite son "estufas ahorradoras"?
▼Consumen lo mismo que cualquier otra estufa eléctrica de su misma potencia. Su ventaja no está en el consumo, sino en la inercia térmica. Tardan en calentarse, pero también tardan mucho en enfriarse, por lo que siguen emitiendo calor una vez apagados. Son una buena opción para mantener una temperatura estable en un dormitorio, por ejemplo.