La vitrocerámica es, junto con el horno, uno de los electrodomésticos que más luz gastan en picos de consumo. Pero no te preocupes, no tienes que dejar de usarla. En esta guía te voy a dar unos trucos para que aprendas cómo ahorrar luz con la vitrocerámica y mantengas su consumo bajo control sin sacrificar tus platos.
El truco de oro para ahorrar con la vitrocerámica: el calor residual
Este es el consejo más importante, el que marca la mayor diferencia. Las vitrocerámicas convencionales (no las de inducción) guardan muchísimo calor una vez apagadas. Aprovéchalo.
Mi recomendación es que apagues la vitrocerámica unos 5 minutos antes de que la comida esté lista. El calor acumulado en el cristal será más que suficiente para terminar la cocción. Es energía que usas de forma totalmente gratuita. Acostumbrarse a este gesto es la clave principal para ahorrar electricidad con la vitrocerámica.
Aquí lógicamente hay que tener en cuenta la placa en concreto que tengas, habrá algunas que retengan calor durante menos tiempo… o incluso más. Fíjate bien en cuánto tiempo “tira” la tuya una vez apagada.
Más consejos para ahorrar electricidad con tu vitrocerámica
Además de aprovechar el calor residual, hay otros gestos que, sumados, suponen un gran ahorro. A mi parecer, estos son los más efectivos:
- Usa recipientes del tamaño adecuado: es fundamental. Utiliza siempre una sartén o una olla cuyo diámetro sea igual o ligeramente superior al del fuego que estás usando. Si el recipiente es más pequeño, estarás calentando el aire y desperdiciando una cantidad enorme de energía.
- Tapa las ollas y sartenes: un gesto tan simple como poner una tapa permite que el calor se concentre y que los alimentos se cocinen mucho más rápido, reduciendo el tiempo de uso de la vitro. Se puede llegar a ahorrar hasta un 25% de energía solo con esto.
- Usa recipientes de fondo grueso y plano: para que la transmisión de calor sea perfecta, la base del recipiente tiene que estar en contacto total con el cristal. Un fondo grueso y totalmente plano asegura la máxima eficiencia.
- Cocina con poca agua: cuando hiervas verduras o pasta, no es necesario llenar la olla hasta arriba. Con la cantidad justa de agua para cubrir los alimentos es suficiente. Calentar menos agua significa usar menos energía.
- La olla a presión, tu gran aliada: si quieres llevar el ahorro al extremo, la olla a presión es imbatible. Reduce los tiempos de cocción hasta en un 70%, lo que se traduce en un ahorro de luz con la vitrocerámica espectacular.
Un último consejo de chef
Yo te diría que, para guisos o platos de cocción larga, empieces con una potencia alta hasta que rompa a hervir y, justo en ese momento, bajes el fuego al mínimo necesario para mantener el hervor. No por ponerlo más fuerte se va a cocinar antes, y el consumo a potencias altas es exponencial.
¿Quieres un plan de ahorro integral?
Ahora que sabes cómo ahorrar con tu vitrocerámica, quizá quieras ir un paso más allá. Si quieres que un experto analice tu factura y te ayude a encontrar la tarifa de luz que mejor se adapta a tus hábitos de cocina, llámanos. Te ayudaremos a optimizar tu contrato.
Preguntas frecuentes sobre el ahorro con vitrocerámica
¿Las placas de inducción ahorran más que la vitrocerámica convencional?
▲Sí, considerablemente. La inducción calienta directamente el recipiente mediante un campo magnético, sin calentar primero el cristal. Esto hace que sea mucho más rápida y eficiente. Se calcula que una placa de inducción puede ahorrar entre un 30% y un 40% de electricidad en comparación con una vitrocerámica convencional.
¿Mantener limpia la vitrocerámica ayuda a ahorrar?
▼Sí. Una superficie limpia y sin restos de comida o grasa permite una mejor transmisión del calor desde el cristal hacia el recipiente. Una vitro sucia crea una capa aislante que obliga a la resistencia a trabajar más para alcanzar la misma temperatura. Asegúrate de que esté siempre limpia antes de cocinar.