Normativa de ahorro energético en hogares

¿Por qué debería importarme la normativa de ahorro energético?

Quizás pienses: “Bah, más leyes… ¿a mí qué me importa?”. Pues, ¡te importa más de lo que crees! Cumplir con la normativa energética no es solo para evitar multas, sino que tiene ventajas:

• Te ayuda a ahorrar dinero: muchas normas están pensadas para que las casas y las instalaciones sean más eficientes, lo que se traduce directamente en facturas más bajas.
• Mejora tu confort: una casa que cumple con la normativa suele ser más confortable, sin corrientes de aire, con una temperatura más estable… ¡Se vive mejor!
• Aumenta el valor de tu vivienda: una buena calificación energética o cumplir con ciertos estándares hace tu casa más atractiva si decides venderla o alquilarla. Es uno de los beneficios del ahorro energético.
• Contribuyes al medio ambiente: las normas buscan reducir el consumo global de energía y las emisiones contaminantes. ¡Tu granito de arena cuenta!

Los pesos pesados: las leyes clave que marcan la pauta

Son tres las normas principales que marcan lo que se puede y lo que no se puede hacer. A continuación te cuento todos los detalles clave sobre cada una de ellas.

El Código Técnico de la Edificación (CTE): la constitución de los edificios

Pensar en el CTE como el gran libro de reglas para construir o reformar edificios en España. Una parte muy importante de este código establece cómo deben ser los edificios nuevos o que se rehabilitan a fondo para que consuman poca energía.

¿Cuándo te afecta? Principalmente si construyes una casa nueva o haces una reforma integral: si tocas la fachada, la cubierta o cambias muchas ventanas.

Lo que exige esta normativa es poner buenos niveles de aislamiento térmico en paredes, techos y suelos; a usar ventanas eficientes; a controlar las infiltraciones de aire; a aprovechar la luz natural; y a que una parte de la energía provenga de fuentes renovables en edificios nuevos.

El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE)

Este reglamento es el jefe de las instalaciones de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria en los edificios. Te afecta si tienes una caldera de gas, un sistema de aire acondicionado, una bomba de calor… ¡el RITE te toca de cerca!

¿Qué exige el RITE

• Revisiones obligatorias: esto es clave. El RITE obliga a realizar un mantenimiento periódico de las instalaciones térmicas. La más conocida es la revisión anual (o cada dos años, según potencia y tipo) de la caldera de gas, que debe hacer un técnico autorizado para garantizar su seguridad y eficiencia.
• Eficiencia en nuevas instalaciones: si instalas un nuevo sistema de climatización, debe cumplir unos requisitos mínimos de eficiencia energética que marca el RITE. Por eso, las calderas que se instalan ahora son de condensación, por ejemplo.
• Instaladores autorizados: las instalaciones térmicas importantes deben ser realizadas por empresas o profesionales habilitados.

El Certificado de Eficiencia Energética (CEE)

Seguro que has visto esas etiquetas de colores, de la A a la G, en los electrodomésticos. Pues el Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es algo parecido, ¡pero para edificios o partes de ellos!

Este documento oficial califica lo eficiente que es tu casa consumiendo energía. La ‘A’ es lo mejor y la ‘G’ lo peor. También incluye recomendaciones para mejorar esa calificación. Es obligatorio tenerlo en cuatro situaciones:

• Si vas a vender tu vivienda.
• Si vas a alquilar tu vivienda a un nuevo inquilino, por más de 4 meses.
• Para edificios nuevos.
• Para ciertos edificios públicos.

Este Certificado lo expide un técnico competente, normalmente un arquitecto o ingeniero, que visita tu casa, toma datos y hace los cálculos adecuados. Tiene una validz de diez años, salvo que califique tu vivienda como G. En ese caso son cinco años.

Es absolutamente imprescindible que la etiqueta energética aparezca en cualquier anuncio de venta o alquiler de la casa.

Obligaciones concretas para ti como usuario: ¿qué no te puedes saltar?

Resumiendo mucho, las obligaciones más directas que te impone la normativa actual como usuario particular son:

• Pasar la revisión obligatoria de tu caldera de gas con un profesional autorizado.
• Obtener y mostrar el Certificado de Eficiencia Energética si pones tu casa en venta o alquiler.
• Cumplir con las exigencias del CTE si realizas una rehabilitación energética importante o construyes nuevo.
• Asegurarte de que cualquier nueva instalación térmica cumple con el RITE. Lo normal es que la empresa instaladora se encargue de esto.

¿Y qué no es obligatorio?

Es importante también saber qué no te exige la ley, al menos de forma generalizada para viviendas existentes y sin reformas:

• No estás obligado a cambiar tus ventanas viejas si no haces una reforma grande, aunque sea muy recomendable para ahorrar.
• No estás obligado a poner aislamiento extra en tu casa si no haces obras, pero es una de las mejores inversiones.
• No estás obligado a instalar placas solares, aunque hay muchas ayudas y cada vez es más rentable.
• No estás obligado a tener una calificación energética mínima en tu casa para vivir en ella, pero sí para vender o alquilar.

Ojo, esto puede cambiar. Las normativas se actualizan, y la tendencia europea es exigir cada vez mayores niveles de eficiencia, incluso en edificios existentes. ¡Estar al día es importante!

¿Cómo me mantengo informado y evito problemas?

Aunque leer noticias sobre este tema no sea tu pasatiempos favorito no te preocupes porque estar al día es más fácil de lo que te imaginas.

• Consulta a profesionales: si vas a hacer obras o instalar algo, pregunta a arquitectos, ingenieros o instaladores autorizados. Ellos conocen la normativa aplicable.
• Guarda la documentación: conserva facturas, certificados de instalación, CEE, informes de revisión… ¡Son la prueba de que cumples!
• Fuentes oficiales: si tienes dudas muy específicas, puedes consultar las webs de organismos como el IDAE o el Ministerio competente.
• Sentido común: asegúrate de que las empresas que contratas son serias y cumplen la ley.